¿Qué es esto?


La vida es un cambio constante, solo queda adaptarte.



domingo, 28 de noviembre de 2010

Del porqué


Bien podría quedarme con la boca cerrada y ver la vida pasar por mi costado (inmutable). Pero no. Bien podría llorar o gritar, tal vez pegar o dibujar, cortar y pegar, editar, delete and format. Pero no. Preferí escribir y cuando puedo, tomo fotos.

En estos momentos tengo treinta años (veintinueve mas uno, en realidad), vivo en Lima la gris, la horrible, "lacomolaquierasllamar". Tengo dos padres (hay quienes tienen tres), dos hermanos (no puedo decir que tengo seis, porque son dos con los que me críe, a los que quise y a los que querré), un esposo (y espero que sea así siempre, "foreverandever") y un hijo peludo ante quien me rendí (razón tal vez de este blog).

He llegado a la conclusión de que soy solitaria y me cuesta abrazar. Sólo (lo siento RALE, no puedo quitarle la tilde al adverbio "Sólo") abrazo a Luis Morelli (Pachelli de aqui en adelante) y a Astor (el hijo peludo) a mi antojo aunque a veces ambos se me escurran. Tal vez mi madre no se escurriría de mis abrazos, pero me cuesta mucho abrazarla. A veces cuando estoy sentada con ella, me imagino saliendo de mi cuerpo y yendo a abrazarla mucho, pero cuando vuelvo en mí, sigo sentada en el sillón sin moverme.

Tampoco desarrollé lazos con mi persona especial en la vida. La mayoría de las chicas de mi edad tienen una mejor amiga a la que han cultivado, a veces desde la niñez, otras desde la adolescencia, y asi sucesivamente, pero yo no. Esto no quiere decir que no tenga excelentes amigas a quienes he ido "recolectando" a través de los años (ese es mi método: la recolección) y con cada una tengo una relación especial. Tengo varias mejores amigas, pero no LA mejor amiga (título ganado por excelencia).

Creo que esto de los abrazos y lo de la mejor amiga guardan cierta relación en mi modo de relacionarme con las personas.

Escribo desde que tengo conciencia de hacerlo.

Empecé a las 10 años cuando mi tía Martha me regaló un diario y seguí con otro diario que mis tios Coco y Lia me dieron en otro cumpleaños. Estos diarios, y uno más que no recuerdo cómo llegó a mis manos, se llenaron de los avatares de una adolescente melosa y soñadora (aunque deteste esta palabra aplicada a mí) que se moría por Gabriel Omar Batistuta y que soñaba que en el año 2001 caminaría por una pasarela del Prêt à Porter, donde él la vería (obvio) y se enamoraría de ella (¡obvio!). Nunca fui modelo y con el paso de los años me olvide de Gabo (asi lo llamaba), a lo mucho llegué a ser Miss Veterinaria 98-II, ganando por ocho votos contra tres de los once gatos que habían en el salón ese día (ser limeña en provincia a veces tiene sus ventajas).

Ya cuando estaba en mis últimos años de colegio, cambié el sueño europeo por algo más cercano, pero aun lejano para mi. Llené lo que quedó de mi último diario con mis historias del CIVIME, y cómo todas las noches esperaba el bus que traía a los cadetes de la EMCH, buscando al que me gustaba, al que según yo (nuevamente) lo vi bajando entre nubes del segundo piso del instituto, a ritmo de campañitas y que se parecía a Christian Meier. Estos escritos duraron cinco años, entre noches en mi cuarto y visitas al malecón durante la tarde, esperando el sunset, y pareciendo una casi suicida, razón por la cual una vez un vigilante del parque María Reiche se me acercó a decirme que la vida era linda. Y tenía razón, la vida es linda (Life is beautiful).

En el año 2000, con el cambio de siglo, mi vida se partió en dos (Antes de y Despues de). Me olvidé del gemelo de Christian Meier (al que sólo -sorry RALE, again- le dije hola una vez en mi vida) y empecé a estudiar la carrera que me está dando de comer hasta el momento.

Mis diarios se mudaron a un cuaderno y de ahi a hojas sueltas hasta que en el 2001 dejé de escribir. No los he vuelto a leer desde hace algunos años.

Volví a escribir cuando ocurrió el segundo cisma en mi vida adulta. Asimilé que (como me dijo Cathy) el principe(s) azul (es) se destiñe(n) a la primera lavada. A cocachos tuve que aprender que aun faltaban muchas cosas por remendar en mi vida y bastante ropa que lavar. Fui a terapia y ahi fue donde tuve que escribir lo que me ocurría a diario, mis expectativas, lo que quería de mi vida y todo lo que me viniera a la mente. Fue una experiencia sanadora y necesaria. Lastimosamente esos escritos quedaron en el consultorio, pero no me arrepiento, porque hablan de cosas que es mejor que queden en el olvido. Sólo (ay RALE) los rescataría por fines netamente didácticos. Comprendí que primero estoy yo y fui capaz de reconocer qué quiero y qué no.

Cuando estuve sana conoci a Pachelli, con quien he sellado un pacto que va más allá de la muerte. Él no sólo (je) es mi amor, es mi amigo, mi amante, mi complice y a veces mi dolor de cabeza (¿Por qué no?). Si uno es todo para otra persona, es lo bueno, lo malo y lo feo. Pero siempre lo bueno es lo más bonito.

Estos últimos años he vuelto a escribir a causa de Los Mudos y por eso, les estaré eternamente agradecida.

No es el primer blog que tengo.

En realidad empecé en el 2005, pero nunca le di mucha fuerza. Espero que éste, como dice mi info, sea mi revancha.

Revancha hacia mi misma, perdonándome el poco valor que tuve para marcar "Literatura" en vez de "Medicina Humana" cuando postulé a la Decana de América. Asimilando que no tuve el tiempo, dinero, decisión para hacer lo que me llena. Seguiré en esa búsqueda hasta que diga: Aquí me quedo, como cuando conocí a Pachelli.

Creo que es suficiente.

Sólo (hola RALE) por hoy.