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miércoles, 24 de julio de 2013

Te cuento un cuento

Esta publicación, a diferencia de las otras, no tendrá fotos mías, de amigos o familiares. He tomado libremente fotos de internet para graficarla.

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Me quedé un poco enviciada con la primera temporada de "Once upon a time",  tanto así que me puse a investigar acerca de los cuentos de Hadas y para quienes me conocen, saben que cuando investigo un tema, rebusco en mi memoria, en internet y realmente me obsesiono.

Recuerdo que una amiga del colegio me habló acerca de un libro llamado "Psicoanálisis de Cuentos de Hadas" (me imagino que se refería al de Bruno Bettelheim, 1976), el cual desenredaba el verdadero significado de dichos cuentos y cual era su real repercusión. Ella me habló acerca del significado del rojo de la caperuza de "Caperucita Roja" y en todo su relato, no dejaba de haber un contenido sexual. Esta conversación me hizo recordar una película que vi cuando tendría diez u once años:  "En Compañía de Lobos" por TNP (hoy TV Perú). Ésta es una película de culto, oscura y no entiendo cómo a ese corta edad ya veía películas como esa, pero este no es el tema. 
Después de eso, mi visión de los cuentos de Hadas no fue la misma.




Nunca puse atención extra a  "La Sirenita", "La Bella y la Bestia", "Blanca Nieves" ni a ninguna otra princesa. De niña, mi mamá nunca me metió por los ojos a las princesas, pero sí recuerdo haber ido al cine a ver una que otra película o haber leído uno que otro cuento. Creo que tampoco me interesaban mucho.
No es sino hasta el año 2005 que vuelvo a pensar en los cuentos de hadas y es por la lectura de otro libro: "Las Mujeres que aman demasiado" de Robin Norwood (1985). 

Si has seguido mi blog desde el inicio, podrás ver que en mi primera publicación,  hablo del segundo cisma de mi vida adulta. Parte de esta experiencia consistió en verme al espejo y darme cuenta que es lo que hacía mal y aunque no soy partidaria de libros de auto ayuda, este libro me ayudó. Pero, nuevamente, este no es el tema.

Dentro de este libro, hay un capitulo donde la autora habla acerca de los cuentos de hadas y hace especial énfasis en el cuento de "La Bella y la Bestia". En este cuento, la Bella ama incondicionalmente a la Bestia, tolerando sus "bestialidades" y poco a poco con su amor, el verdadero amor, desinteresado y paciente, logra que él cambie, convirtiéndose en un príncipe y dejando de ser "bestia". Según la autora, esta conducta genera "mujeres que aman demasiado", mujeres que con su "amor" lograrán cambiar al hombre. Ésta es una tendencia cultural bastante arraigada, donde el sufrimiento de la mujer en todo el proceso, es recompensado precisamente con el cambio de bestia a príncipe. Pero hablando en serio, un hombre golpeador, por ejemplo, ¿Cambiará solamente con "nuestro amor"?. Yo creo que no.  Igual las otras princesas, que han necesitado ser "rescatadas" para vivir feliz "ever after" por un príncipe azul ya sea de la miseria humana como Cenicienta, del sueño eterno como La Bella Durmiente o del hechizo de una bruja como Blancanieves. Ninguna se salva, ni Fiona que vive feliz con su Schrek.

Es aquí cuando los cuentos de hadas cobraron otro cariz para mí y me cuestioné si quería eso para mis futuras hijas. ¿Podría entonces, leerles un cuento de Hadas sin pensar que estaría inconscientemente preparándolas a ser mujeres que aman demasiado?.

Volviendo a "Once upon a time". Me perdí algunos capítulos, me parecían curiosos algunos personajes y es así como llego a buscar acerca de "Rumpelstiltskin" ya que no recordaba exactamente su origen y cual sería su papel exacto en la serie. Me acordaba de un capítulo de esa serie de cuentos de hadas que emitían por Global TV, pero no más, así que acudí a Wikipedia (sí, Wikipedia) y una cosa lleva a la otra y he aquí el origen de esta publicación.

Fue así como llegué a los Hermanos Grimm (Siglo XIX). Resulta que estos hermanitos, no fueron los creadores de estos cuentos, como muchos pueden creer, sino unos compiladores de narraciones folclóricas que se pasaron de boca a boca, generación tras generación, desde la edad media y se la pasaron "arreglando y suavizando" algunos de los cuentos anteriormente publicados por Charles Perrault (Siglo XVIII) adaptándolos para niños .  

Y es aquí donde se pone buena la cosa.
Buscando y buscando, llegué a encontrar el lado oscuro de estos cuentos, el lado poco conocido (al menos para mí) y llegué a horrorizarme.

Hansel y Gretel
Por ejemplo, narraré el origen  real del cuento que más me impresionó: "Hansel y Gretel". En resumen, Hansel y Gretel son abandonados en el bosque y encuentran la casa de una bruja que se los quiere comer. Al final, logran escapar y regresan con su padre. La historia real, dista mucho de esta versión suavizada por los Hermanos Grimm. Aparentemente la narración vendría desde la edad media y se origina en las aldeas medievales donde algunas prácticas inhumanas eran comunes tales como el abandono, el infanticidio y el canibalismo. En el siglo XIV, una gran hambruna azotó Europa del Norte (p.e. Alemania, país originario del cuento), razón por la cual, muchas familias se vieron en la necesidad de abandonar a sus hijos a su suerte en  medio del bosque, era necesario tener menos bocas que alimentar, o en el peor de los casos, llegaban a matar niños. Posterior a esto, las prácticas de canibalismo eran comunes. En la Edad Media, en una situación de hambre extrema, el más humano se vuelve caníbal. Existen algunas otras interpretaciones adicionales del cuento y si quieres leer más, lo puedes encontrar aquí.



Me come el lobo
Nuevamente Caperucita Roja sale a la palestra y su origen no es muy distinto. El cuento original tiene una alta carga sexual y erótica que no se nota (o al menos se trata de ocultar) en el cuento que todos conocemos. El canibalismo nuevamente aparece, porque en el cuento original, el lobo comería la carne de la abuelita y haría que la tierna e inocente Caperucita también lo haga. Macabro, ¿no?. La figura del lobo como hombre tendría también un contenido sexual, si le sumamos a eso que en el cuento original, Caperucita se acuesta  desnuda en la cama de al abuelita junto a él y recordamos la preguntas ingenuas de la pueril Caperucita acerca de porque tiene o no ojos o manos o boca tan grande, pues la historia cae de madura. Aparte, pareciera que Caperucita quería ser seducida porque ella sabía el camino, sin embargo hizo caso al lobo. Finalmente la moraleja de este cuento para esas épocas, era que las niñas no deben hablar con extraños pues se las terminarían comiendo, considerando que la figura del lobo es metafórica. Recordemos que eran tiempos en los que la seguridad no era mejor que la de ahora. Más información aquí

Para ir cerrando ideas, Cenicienta tampoco escapa de la tortura porque aparentemente hay un trasfondo de mutilación en la escena donde las hermanastras se miden las zapatillas, ya que realmente, para que puedan caber sus pies, se los mutilaron y todo por casarse con un príncipe. Otros cuentos tienen una fuerte influencia mitológica, como es el caso de La Bella Durmiente.

Es asi como los cuentos de hadas tienen un origen distinto al que creemos y muchas veces es más impresionante del que pensamos.

Volviendo a las interpretaciones de Bettelheim, él afirma que es necesario que los niños tengan la magia de los cuentos de hadas en sus vidas para poder crecer con un autoestima firme y entendiendo cada uno de los conflictos existenciales que a su corta edad puedan tener. Cada cuento de hadas ayudaría entonces a superar estas etapas inevitables en su crecimiento. En su libro hace un análisis a fondo del trasfondo psicológico de cada cuento y valdría la pena leerlo. 

Dicho todo esto, después de haber leído interpretaciones diversas de los cuentos y cuál es su real origen, y sin negar que los niños necesitan la fantasía para crecer ¿Quieres que te cuente un cuento?.









2 comentarios:

  1. Me parece que detrás de todo ese afán de los autores existe la misma intención de quienes encuentran loas al diablo en la letra de las canciones de Los Beatles.

    Por otro lado, ahora los únicos que viven de los cuentos son los políticos.

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  2. Yo le creo un poco a la Robin y otro poco al Bruno, por algo son psicoanalistas....pero tú sí no crees pues en los libros de auto ayuda (yo tampoco mucho, pero en fin). Mi duda siempre estará en qué cual es el momento en el cuento folclórico se transforma en enseñanza moral...los hermanitos Grimm si que la pensaron.

    Y sí, los cuentos para los políticos.
    Yo prefiero contarle a mi hija otro tipo de cuentos, y me gustan los de José Watanabe por ejemplo, que están bellamente ilustrados por Eduardo Tokeshi. Aprovecha la feria del libro.
    Saludos!!

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