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La vida es un cambio constante, solo queda adaptarte.



viernes, 11 de octubre de 2013

Pensamientos Embarazosos III : La Lactancia

La lactancia no tendría porqué ser engorrosa, dolorosa o estresante. Si llega a serlo, busca un grupo de apoyo. Si después de intentarlo no puedes continuar, no te sientas mal. Hiciste todo lo que pudiste. Si desde un inicio  (por X motivos) la lactancia para ti es imposible,  no es necesario culparse por ello. Busca otros medios para generar lazos de amor con tu bebé. No permitas que nadie te culpe, te dañe o te señale con el dedo por no haberlo hecho. 

Nadie nace sabiendo, aunque hay cosas que se hacen por instinto y una de ella es la lactancia.
No quiero parecer una madre modelo o una super mamá ni hacer sentir mal a nadie. Lo único que pretendo con este relato, ya que es un tema algo controvertido, es compartir mi experiencia.  De repente a alguien le sirve.
Comentaba en mi publicación anterior de la seguidilla de Pensamientos Embarazosos, que decidí por la lactancia materna exclusiva.

Primero que nada, pienso que es una decisión y como toda decisión, debes hacer lo posible para cumplirla. Si luego no puedes, al menos lo intentaste.

Leche Materna vs. Fórmula 
Yo no sabía mucho del tema y la única relación con la lactancia que tuve fue ver a mi hermana mayor alimentar a mi sobrino por casi un año y eso ocurrió hace dieciséis años.
Al no saber mucho del tema, lo primero que hice fue informarme. Esto se lo diría a cualquier futura madre. Infórmate, lee, busca en internet. Hay demasiada información del tema. Filtra lo que te convenga y desecha lo que no sirva.
A mi me ayudó mucho la página de la liga de la leche, que es una agrupación sin fines de lucro que promueve la lactancia materna a nivel mundial.
No permitas que nadie desacredite tus ganas de amamantar. Nadie tiene el derecho de decirte que la leche materna no alimenta ni que necesitarás "de todas maneras" suplementar con fórmula, ya que eso no siempre es así. No escuches a esas personas, así la primera en decírtelo sea tu madre. Aléjate de malo comentarios y busca personas que te alienten.

Si después de leer esa información, de saber lo importante que es la leche materna versus una fórmula, del vínculo hermoso que se genera entre madre e hijo, de la practicidad de amamantar (no tendrás que preparar biberones a las tres de la madrugada, solo te levantas el polo y listo), del bajo costo y que la lactancia ayuda a bajar de peso y recuperar la figura, aún quieres cortar tu producción de leche desde un inicio y dar fórmula, pues es tu decisión. Pero, por favor, toma una decisión después de informarte.

Pensaba escribir esta publicación cuando mi hija cumpliera los seis meses de vida y ya casi tiene nueve. Yo empecé proponiéndome una meta final: llegar al año, varias metas cortas: mes a mes y una meta intermedia: los seis meses, ésta era la única manera de auto estimularme y de no sentirme derrotada. Luego aprendí que hiciera lo que hiciera y pase lo que pase, no tenía porqué sentirme culpable. (Nota: Mi hija está por cumplir un año y recién me animo a publicar este relato. Al final explicaré porqué).

La primera señal de alarma, luego de empezar la lactancia, la tuve a las pocas semanas de dar a luz. Rafaella lloraba y quería estar prendida de la teta todo el día. Me dijeron que mi leche no la saciaba, que necesitaba darle fórmula y yo sólo me sentía impotente y más estresada. No quise rendirme tan fácilmente y busqué información. Lo que mi hija tenía eran las llamadas "crisis de crecimiento", que ocurren cada cierto tiempo y se manifiestan con las ganas de lactante de estar todo el día prendidos de la teta de su mamá. Ocurre que en esos días crecen, por tanto, su requerimiento de leche es mayor. Al estar todo el día lactando, le dicen al cuerpo de la madre que produzca más leche, el cuerpo lo entiendo y comienza a producir más porque la producción de leche se basa en una ley de oferta y demanda: A mayor succión, mayor producción.

Primera lección aprendida: Si le hubiera dado fórmula, mi lactancia se hubiera visto arruinada.

Segunda lección aprendida: Las crisis de crecimiento ocurren y no hay porqué alarmarse. Aprovecha esos momentos de demanda del bebé para estar con él y dormir juntos.

A los pocos días mis pezones se enrojecieron y sentía mucho dolor. Aparentemente no estaba colocando muy bien a mi hija a la hora de lactar. No llegué a sangrar, pero sí a sentir un dolor muy intenso. Eso coincidió con que una mañana despierto con un dolor muy fuerte en un seno, como punzadas y con mucha congestión, sentía muchos bultos en el seno y estaba un poco caliente. Apareció en uno de mis pezones una perla de la leche  muy dolorosa. Llamé a una consulta en lactancia y me ayudó a usar una extractora de leche para saber si mis pezones estaban obstruidos, lo cual no era el caso. Luego vio como colocaba a mi hija al momento de lactar y era evidente que lo estaba haciendo mal. Me enseñó cómo hacerlo y el dolor desapareció. Luego de eso, me dio mastitis, tomé antibióticos y continué con la lactancia. Es ideal encontrar un médico que sea pro lactancia materna, sino, te dicen que restringas la lactancia y es ahí donde vienen los problemas. La succión del bebé ayuda mucho a sanar.

Tercer lección aprendida: La colocación del bebé es fundamental para evitar lastimarse los pezones y que esto sea un pretexto para interrumpir la lactancia.

Cuarta lección aprendida: La mastitis puede ser común durante la tercera y cuarta semana de lactancia. Puedes evitarla lavándote las manos antes de amamantar y haciendo que tu bebé succione frecuentemente. No dejas la lactancia aun tomando antibióticos. 

Este es uno de los "memes" que me auto adjudicaba para no
sentirme tan agobiaba a veces. A veces es mejor reírse de uno
mismo. 
No puedo ya ironizar de la manera cómo la hacía en mis primeros días de madre en lactancia. Recuerdo sentir no tener vida. Andaba greñuda y sin tiempo para peinarme, lavarme los dientes e inclusive bañarme. Si tenía unos minutos de descanso pues los utilizaba, sin dudarlo, en dormir. Me sentía una vaca lechera, tolón tolón y durante el primer mes y los que vinieron la pasé en pijama todo el día. Al inicio me preocupaba si todo estaba en orden, limpio y pulcro, luego me relajé y mi único interés era pasar el mayor tiempo posible con mi hija. El lactante materno exclusivo no tiene horarios, puede comer cada tres, cada dos o cada hora. El día es igual que la noche hasta que su organismo se regula a su vida extra uterina y la madre por esos días sólo se dedica al bebé y el resto de cosas pasan a segundo plano. Así transcurrían mis días, sintiendo que mi cuerpo no era mío (y hasta ahora lo siento).

Salí de esos problemas iniciales, pasé el primer mes y medio y ese era el tiempo en que mi producción se estandarizaba, conocía los hábitos de mi hija  e iba perdiendo el miedo a "no tener leche". Me sentía más confiada. Era momento de armar mi banco de leche, ya que debía retornar a trabajar en pocas semanas, por lo que desde ese momento en adelante, la extractora de leche, se convirtió en mi mejor amiga.

A partir de este punto comenzaron un sin número de experiencias que guardo con mucho cariño. Armar el banco de leche fue una tarea medianamente fácil. Llegué a juntar en un mes alrededor de tres litros de leche. Luego vendría el retorno al trabajo y con ello, hacer valer mi hora de lactancia y mi hora de lactario (que en mi caso lo tuve que improvisar porque por ley no me corresponde, pero sí por sentido común).
La relación con mi extractora de leche  ha sido un "Love Story" desde ese punto hasta el momento, con sus altas y bajas. A veces la veo y siento alivio, paz, comodidad y otras angustia, fastidio, flojera y no porque sea doloroso, ni nada de eso, sino porque realmente después de casi un año de extracción, me da flojera algunas veces lavar los utensilios, armar el equipo de extracción y todo lo que implica. Por eso, Doris o Boni me ayudan lavando los utensilios. Los días que no me extraigo, me siento culpable porque no dejé suficiente leche en mi banco. Como les dije, es un "Love Story". A pesar de esto, recomiendo a toda madre trabajadora que las use, si es que no está familiarizada con la extracción manual.

Quinta Lección aprendida: La extractora de leche es una gran ayuda, sobre todo para mantener el vínculo con tu bebé mientras estás en el trabajo, continuar con la lactancia y aumentar tu producción de leche. Debes aprender a usarla y no recomendaría su uso sino hasta que la lactancia esté bien establecida, es decir, a partir del primer mes de vida, de lo contrario, podría ser perjudicial. Bien usada, siguiendo las recomendaciones del caso y recibiendo el apoyo necesario, es una excelente herramienta. Nunca la uses para estimar cuánta leche produces, ya que al extraerte leche, siempre queda un residual. La extractora nunca extraerá toda la leche de la glándula, ya que ésta es como un caño abierto de donde siempre sale leche.

Me he extraído leche en sitios comunes y en otros inimaginables:
- Una oficina vacía de mi trabajo
- El baño de mi trabajo
- Almacén de mi trabajo
- En el shower de quelindavivi
- En el matrimonio de quelindavivi
- En carros estacionados y carros en movimiento
- Hoteles de Santa Clara, Chincha y Huaral

Sin mencionar que he amamantado en otros tantos sitios públicos, por lo queda demostrado que el pudor lo perdí hace rato.

He tenido que salir de viaje fuera de Lima por motivos de trabajo hasta por cuatro días en dos oportunidades y tuve que viajar con mi extractora, mi caja de tecnopor y mis "ice gel packs". Uno de esos sitios fue Cancún y en las caseta de control del aeropuerto, me inspeccionaron misma delincuente, me abrieron la maleta e inclusive tuve que abrir uno de los "packs" para que comprueben que lo que había dentro era gel y no polvos blancos mágicos en gel. En el interín, el agente se topó con mis sostenes de maternidad, los biberones y las bombillas de extracción. Verle su cara de incomodidad fue mi pequeña venganza ante tanto maltrato.
Congelar la leche y los gel packs en los hoteles y traer la leche a Perú es otra historia y tal vez merezca otro post. No iba a desperdiciar cuatro días de leche. La leche es como oro blanco líquido y no quería botarla por el caño.
Como consecuencia de esos viajes, mi producción de leche bajó mucho, tanto así que me dio miedo que se corte. Lo que ocurre es que no existe mejor extractora que tu propio bebé y como la producción de leche funciona según oferta y demanda, tu cuerpo cree que ya no necesitas producir más leche. Los días posteriores a mis viajes, traté en lo posible que mi hija lacte lo más que pudiera para restablecer mi producción. Luego de unos cuatro días, el volumen de leche volvió a la normalidad.

Sexta Lección aprendida: A mayor succión, mayor producción. No hay dudas al respecto.

Bendiciones lácteas del Hada de la Extractora. Estas bendiciones
me fueron necesarias muchas veces.
Dentro de todo este periplo de extracciones, es necesario el apoyo de todos los que te rodean (esposo, pareja, padres, hermanos, amigas, compañeros de trabajo) porque como leyeron, no es tarea fácil. Leer este post (aunque está en inglés) me ayudó mucho en momentos en los que quería tirar la toalla.

Séptima Lección aprendida: La extracción de leche es una tarea que necesita mucha paciencia y apoyo de las personas que te rodean. Busca ayuda y soporte cuando te sientas agobiada. Recuerda que no eres la única. Hay muchas otras mamás que se sienten como tú.

Actualmente, mi hija tiene casi un año y la demanda que tiene de leche es mucho menor. Me extraigo leche una vez por día (antes eran por lo menos tres veces) y le doy leche directamente a la hora de almuerzo si puedo estar con ella, antes de dormir y durante todo la noche. Este es otro punto. El colecho me ayudó mucho a superar las amanecidas, ya que este tipo de lactantes suelen despertarse durante las noches a tomar leche, ya que lo utilizan como una manera de arrullarse. Dormir con mi hijita aminoró mi cansancio, hizo que esté más lúcida al día siguiente y que ella durmiera mejor.

Octava Lección aprendida: El colecho es beneficioso para la madre y el bebé. Si colechas, no escuches críticas ni comentarios negativos. Finalmente quienes deciden dormir con su hijo son los padres, nadie más.

Rafaella jugando con mis utensilios de extracción.
Foto: Rociolv

Como conclusión y después de haber pasado por muchas situaciones y estar cercana al primer año de Rafa, me siento más relajada respecto a este tema, aunque aún me produce un poco de aprehensión (algo muy contradictorio pero normal en mi). Quisiera no haberme presionado tanto ni haberme sentido tan agobiada otras veces. El destete aun no está en nuestros planes y si en algún momento mi médico me lo planteó, lo saqué inmediatamente de mi cabeza solo por la ansiedad que sentí. No se si Rafaella me necesita más de lo que yo a ella, pero creo que aún no estamos listas, a pesar de que hay días que ella me rechaza y no quiero decir que no me afecta porque sí lo hace.

El motivo por el cual esperé tanto en escribir este post, es precisamente por que después de todo este tiempo, mi manera de ver la lactancia ha cambiado. Después de leer innumerables foros, con testimonios de diversas mujeres de varios países, hizo que entienda que cada experiencia es única,  pero que hay un sólo motivo que nos mueve, el amor por nuestros hijos y las ganas de hacer las cosas lo mejor posible. Cada una de estas madres merece respeto y apoyo.

Existe aun mucha ignorancia en el tema y poco soporte a las madres que queremos entrar en esta carrera de largo aliento. Aún me siento criticada y observada, como si alguien estuviera esperando a que cometa el menor error para decirme: "era más fácil darle fórmula", en un ánimo de no sentir su modo de crianza criticado con mi actitud "lactivista". También, precisamente para no ofender a nadie y que nadie salga herido, he tratado de cuidar todas y cada una de las palabras y expresiones que he utilizado en este post.
Sigo creyendo que es una decisión, por tanto, nada de lo que he hecho es un sacrificio. Creo que lo que las madres hacemos no son sacrificios, son solo acciones que nos tocan. Si decido ser madre, decido criar a una persona y quitar de mi vida ciertas actitudes e incluir otras que beneficiarán mi maternidad. Si elijo la lactancia, pues me toca pasar por todo lo que arriba cuento, y lo hago con cariño y pensando que es lo mejor para ella.
La siguiente vez trataría de sentirme más libre y de no ponerme metas, tal vez sienta menos miedo, o mis temores en el siguiente sean los mismos. Eso ahora no lo sé. Tuve suerte de encontrar apoyo en mi Boni, mi esposo, el principal apoyo en toda esta aventura y el mejor padre que pude darle a mi hija. Él aprendió a descongelar la leche y darle el biberón a Rafaella y se sopló las malas noches mientras yo estaba de viaje. No mencionarlo en este post sería injusto.

Por lo pronto, a pesar de dormir poco, todas las noches Rafita y yo tenemos una cita. El mejor momento del día es cuando las dos estamos en pijamas y echadas en la cama, ella tomando su leche y yo viéndola y descansando. A veces nos quedamos dormidas juntas, a veces ella se queda despierta un rato más, jugando o "conversando" conmigo. Duermo en una ranura de mi cama, ella se ocupa todo el espacio, a veces me tira patadas o manazos. Nuestra vida cambió a raíz de ella, pero esta vida no la cambiamos por nada.


Si te perdiste los anteriores:

Pensamientos Embarazosos I: Embarazo
Pensamientos Embarazosos II: El Parto























5 comentarios:

  1. Ayyyy como será? Como será? Tengo panico/trauma con todo lo relacionado a las tetas!!! De solo imaginarme dolor/bolas/succión/calor se me pone la piel de gallina!!! Pero bueno, así como nadie muere de amor, supongo que tampoco que por un dolor de tetas!!! Jajjaa ahhhhh y yo soy quelindavivi y te faltó en mi matriiiii wiiiii... Buen post! ;)

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    1. Gracias!!! Voy a editarlo. No me acordaba de tu matri

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    2. y ahi estabas hablando hace 4 años. Quien te viera y quien te ve, 2 años seguidos de lactancia exitosa y cero traumas!!!!

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  2. Con Elmito ocurrió todo lo contrario, a falta de leche materna y considerando lo tragón que es, la leche en fórmula fue la solución y su pediatra recomendó su uso hasta los tres años para evitar alergias.

    Elmito no sabe lo que es teta, ya sabrá cuando sea grande.

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    1. jajajajajaja. Ya en su momento Elmito sabrá lo que es bueno. Saludos!

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